Cercanías. Una mirada al Valladolid de los años 80

Todo viaje tiene un punto de partida y un destino, es una perogrullada, y la verdad es que no importa ni el uno ni el otro en el fondo todos sabemos que lo que realmente importa es el viaje en sí, y, aunque haya mucha distancia entre ambos puntos, todos los recorridos son de cercanías, todos son rápidos, todos son breves... El viaje parece eterno cuando ansiamos llegar a destino, y, de repente, una vez alcanzado éste, las agujas del reloj quieren empezar una frenética carrera para arrebatarnos un tiempo que queremos detener. El tiempo es el que es segunda perogrullada en un mismo párrafo, por lo tanto, olvidémonos del tiempo y centrémonos en el viaje. Todos los viajes, lo queramos o no, son de cercanías, aunque nos digan lo contrario.